miércoles, 28 de noviembre de 2007

Símbología en la puesta de escena de Sergio Renán

El momento en el que el escenario se inicia la escema en el puerto: oscuridad, todos vestidos de negro casi como de luto, sombras de personas que "estaban pintadas", niebla que oculta algo que puede ser detectado por aquellos que usen sus ojos para ver y ésta no lo permite. Luego, cuando el muelle comienza a girar a la vista de todos, caen telas en las cuales a trasluz se ve la casa surgiendo de los suelos, casi como si viniera del infierno, ya que el pueblo mismo votó por denominar al Dr. Stockmann como enemigo. En cambio, su hija lo toma siempre como un héroe.
Él advierte en su discurso que posiblemente su hermano tenga a la mayoría a favor, pero eso no connota que por ello que sea la verdad o que estén en lo correcto; la niebla los cegó esa noche, al igual que las conveniencias de elegir escuchar y ponerse del lado del Intendente.

Cuando aparece finalmente la casa, falta todavía la luz y gente que tenía en su interior, muchos muebles y alegría de los integrantes de la familia. Se rompe un vidrio y aún con el cambio de escenografía, continúa el ruido del muelle, como una sensación de viento resonante. Y cuando la obra da lugar a su fin, el Dr. Stockmann le dice a su familia que ésta va a ser una noche larga, pero debían que perseguir sus ideales y pelear por ellos, así que decide quedarse como enemigo del pueblo: se derrumban las paredes y él permanece de pie (dándo espaldas al público, lo cual sentí como que combatiríamos juntos él y el "pueblo" verdadero, es decir, espectadores no cegados a su lado, con él líder y guía) . Se enfrenta con todos los del pueblo, es decir actores, pueblo "pintado".

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